SERA VISIBLE A SIMPLE VISTA EL DISCOVERY
Por: Alejandro Mares
LLUVIA DE ESTRELLAS
Por: Alejandro Mares
Las Perséidas es una Lluvia de Meteoritos que es visible en el mes de agosto entre los los días 10 y 18 desde las 22:00 hrs.
En esta ocasión esta es la mejor noche para mirarla a partir de las 23:00 hrs. Y dado que hoy no habrá luna será un poco más visible, claro si el clima lo permite.
Se llama Perséidas porque la cola de los meteoritos apuntas hacia la constelación de Perseo. También es llamada Lagrimas de san Lorenzo ya que el 10 de agosto cumple años ese Santo.
La lluvia se produce cuando La Tierra atraviesa la órbita del cometa 109/Swift Tuttle y permite que sus partículas atraviesen la atmósfera. En ese momento, la basura del cometa se convierte en rayos de luz y calor que forma el fenómeno mencionado.
Marte y la Luna se verán como dos Satélites Terrestres” La Mentira del Siglo”
Por: Alejandro Mares.
El acercamiento de Marte a la Tierra en sí no es un fenómeno nuevo. Cada dos años, Marte se encuentra en un punto de aproximación de la Tierra. Esto se produce como consecuencia del movimiento orbital de los dos planetas alrededor del Sol.
Esto se debe a que el período de revolución de Marte (el tiempo que un planeta tarda en dar una vuelta completa al Sol) es de dos años.
El próximo 27 de agosto, Marte se encontrará a una distancia de 55,7 millones de kilómetros de la Tierra, es decir una media unidad astronómica (UA). Una UA representan 150 millones de kilómetros, que es la distancia que separa al Sol de la Tierra. El máximo acercamiento será el 27 de agosto. Marte se convertirá en el objeto más brillante del cielo vespertino después de la Luna con una magnitud de 2,9 (la estrella más brillante, Sirio, tiene una magnitud de 1), llegando a un tamaño máximo de 25,1 arcosegundos. Ese día se producirá el fenómeno denominado de 'oposición' que coincide con el momento de máxima aproximación.
Se trata del momento en que, para un observador que está en la Tierra, el planeta se encuentra exactamente en el lado opuesto del Sol.
Esta ubicación favorecerá la visión del planeta. Pero si bien Marte estará cerca, el diámetro angular que tendrá en el cielo será relativamente pequeño, de unos 25 segundos de arco. Los telescopios llegan a resolver bien el disco del planeta, pero el detalle de visión dependerá del telescopio con que se observe. Con uno mediano o grande se tendrá una visión clara.
La última vez que se produjo este acercamiento entre los planetas fue en el año 57.600 antes de Cristo. De esto no hay registros, pero a través de cálculos efectuados con computadoras se pudo determinar el momento en que Marte estuvo más cerca de la Tierra.
En aquella ocasión, incluso, la cercanía fue mayor de lo que llegará a estar ahora. Hasta el 28 de agosto de 2287 no tendrá lugar un acercamiento tan próximo entre la Tierra y Marte, en el que la distancia será de 55.688.000 km, unos 70.000 km menos que ahora. Sin embargo, el mínimo del milenio se producirá el 8 de septiembre de 2729 a una distancia de 55.650.000 km, unos 108.000 km menos que este año.
Ahora te explico como esta el asunto. No te creas lo que gente irresponsable te dice por el internet:
Lo que circula en la red es lo siguiente:
“Dos Lunas en el Cielo
El 27 de Agosto, a medianoche y 30 minutos, mirar al cielo El planeta Marte será la estrella mas brillante en el cielo será tan grande como la luna llena Marte estará a 55,75 millones de kilómetros de la tierra.
No os lo perdáis.
Será como si la tierra tuviera dos lunas.
La próxima vez que este acontecimiento se producirá, está previsto para el año 2.287.
Compartid esta información. Nadie que esté vivo podrá volverlo a ver.”
Solo existen dos posibilidades para que esto pueda suceder: o que Marte sea muy grande y esté lejos, o que esté muy cerca y sea pequeño. Bueno, hay una tercera, que Marte o la Tierra se hubieran salido de su órbita y uno se dirigiera hacia una fenomenal colisión contra el otro. Creo que podemos descartar de entrada esta tercera opción.
Vamos a pensar en la opción de que Marte estuviera muy cerca. Marte tiene aproximadamente el doble de diámetro que la Luna (3.476 Km y 6.753 Km respectivamente). Si la distancia media entre la Luna y la Tierra es de 384.400 Km, para poder observar a Marte de un tamaño similar, se debería encontrar a una distancia de 751.327 Km (una simple regla de tres nos da este dato). Marte no sería otro planeta, sino el segundo satélite de la Tierra, y de esto todavía no tenemos noticias y se necesitaría que Marte saliera de su órbita y viniera a entrar en órbita con el nuestro, algo bastante improbable.
Dado que Marte y la Tierra orbitan alrededor del Sol y a diferentes velocidades, en unos momentos Marte se encontrará al otro lado del astro rey en comparación con la Tierra (conjunción) y en otros casos se situará en el mismo lado que la Tierra con respecto al Sol (oposición). Es en las oposiciones cuando la Tierra y Marte se encuentran más cerca el uno del otro. La distancia media a la que se pueden encontrar en los próximos 500 años es de 81.743.310 Km. El momento en el que se encontrarán más próximos ambos planetas se producirá en el año 2287 (es el único dato bueno del bulo), concretamente el día 29 de agosto de ese año, cuando se encontrarán a la distancia de 55.688.256 Km.
Como vemos, 55.688.256 Km comparados con 751.327 km representa una gran diferencia. La Luna, con su diámetro y distancia a la que se encuentra, ocupa aproximadamente 31 minutos de arco en la bóveda celeste. Marte por el contrario, ocupará en el cielo unos 25 segundos de arco en la mejor de sus aproximaciones, o sea, ocupará una superficie 75 veces menor que la de la Luna.
La otra posibilidad es que Marte por alguna razón aumente su tamaño para el día 27 de agosto. Vamos a comprobar cómo sería su diámetro. Vamos a utilizar el dato anterior como distancia a Marte (recordemos que será el momento más cercano en muchísimos años), o sea, 55,6 millones de km. Pues bien, en este caso, para que Marte se viera en el cielo igual de grande que la Luna, Marte debería tener un diámetro de 516.000 km, lo que corresponde a 76 veces su tamaño original. Lo curioso de este dato es que Marte sería casi 4 veces mayor que Júpiter. Lo peor no es esto, sino que para el 27 de agosto a la hora propuesta, Marte ni siquiera será visible desde el territorio Mexicano. Prueba con cualquier programa del tipo planetario e introduce los datos en el mismo. Así que ni te molestes en salir por la noche a esa hora para buscar a Marte. Esta es una prueba más de la poca seriedad de algunas noticias que corren por la red, inventando cosas que no tiene ni pies ni cabeza.
Tampoco será el momento que más cerca se encuentre de nosotros, es más, durante el año 2009 Marte no se encontrará en oposición con respecto a la Tierra en ningún momento. La próxima oposición ocurrirá en el año 2010, el 29 de enero, pero no será de las mejores precisamente, pues Marte se encontrará a casi 100 millones de Km. de distancia, casi el doble de los mayores acercamientos. Una gran aproximación a tener en cuenta en los próximos años se producirá el 27 de julio de 2018, momento en el que ambos planetas se encontrarán a una distancia de 57,59 millones de km. Para mejorar esta distancia habrá que esperar hasta el año 2050, así que esta si que es una fecha para marcar en nuestros calendarios.
No se dejen engañar.
Ojo... tengan unos buenos binoculares o un buen Telescopio.
Una buena visión de Marte:
http://www.iac.es/gabinete/noticias/2003/marte/index.html
Lo que se ve por el ocular de un telescopio profesional:
http://www.pbase.com/psinclai/image/20862947
Mejorado con unos retoques menores:
http://www.pbase.com/psinclai/image/20862949
Vista normal durante su máximo acercamiento a la tierra en el 2003:
Por: Alejandro Mares
Hace mucho tiempo, no se conocía el fuego, y los hombres debían comer sus alimentos crudos.
Los Tabaosimoa, los Ancianos, se reunieron y discutieron sobre la manera de obtener alguna cosa que les procuraría el calor y les permitiría cocer sus alimentos.
Ayunaron y discutieron... y vieron pasar por encima de sus cabezas una bola de fuego que se sumergió en el mar pero que ellos no pudieron alcanzar.
Entonces, fatigados, los Ancianos reunieron personas y animales para preguntarles si alguno de ellos podía aportarles el fuego.
Un hombre propuso traer un rayo de sol a condición de que sean cinco para ir al lugar donde salía el sol. Los Tabaosimoa aprobaron la proposición y pidieron que los cinco hombres se dirigieran hacia el oriente mientras que ellos, llenos de esperanza, continuarían suplicando y ayunando.
Los cinco partieron y llegaron a la montaña donde nacía el fuego.
Esperaron la llegada del día y se dieron cuenta que el fuego nacía sobre otra montaña, más alejada. Retomaron entonces su camino.
Llegados a la montaña, en un nuevo amanecer, vieron el fuego nacer sobre una tercera montaña, aún más alejada. Prosiguieron así hasta la cuarta, después la quinta montaña donde, desalentados, decidieron regresar, tristes y fatigados.
Contaron esto a los Ancianos quienes pensaron que jamás podrían alcanzar el Sol. Los Tabaosimoa les agradecieron y se volvieron a poner a reflexionar sobre lo que podrían hacer.
Es entonces que apareció Yaushu, un Tlacuache sabio, y él les relató un viaje que había hecho hacia el oriente. Había percibido una luz lejana y quiso verificar lo que era. Se puso a marchar durante noches y días, durmiendo y comiendo apenas.
La noche del quinto día pudo ver que en la entrada de una gruta ardía un fuego de madera de donde se elevaban grandes llamas y un torbellino de chispas.
Sentado sobre un banco un hombre viejo miraba el fuego. Era grande y llevaba un taparrabo de piel, los cabellos blancos y los ojos horriblemente brillantes. De tanto en tanto alimentaba esta "rueda" de luz con leños.
El Tlacuache contó cómo él permaneció escondido detrás de un árbol y que, espantado, él hizo marcha atrás con precaución. Se dio cuenta que se trataba de alguna cosa caliente y peligrosa.
Cuando él hubo acabado su relato, los Tabaosimoa pidieron a Yaushu si él podía volver y traerles un poquito. El Tlacuache aceptó, pero los Ancianos y su gente debían ayunar y orar a los dioses haciendo ofrendas. Ellos consintieron pero le amenazaron de muerte si éste los engañaba. Yaushu sonrió sin decir una palabra.
Los Tabaosimoa ayunaron durante cinco días y llenaron cinco sacos de pinole que dieron al Tlacuache. Yaushu les anunció que estaría de regreso en otros cinco días; debían esperarlo despiertos hasta medianoche y si él moría, les recomendó de no lamentarse por él.
Portando su pinole, él llegó al lugar donde el viejo hombre contemplaba el fuego.
Yaushu lo saludó y fue solamente a la segunda vez que él obtuvo una respuesta. El viejo le preguntó lo que hacía tan tarde en ese lugar.
Yaushu respondió que era el emisario de Tabaosimoa y que buscaba agua sagrada para ellos. Estaba muy fatigado y preguntó si podía dormir antes de retomar su camino la mañana siguiente.
Debió suplicarle mucho pero al fin el viejo le permitió quedarse a condición de que no toque nada. Yaushu se sentó cerca del fuego e invitó al viejo a compartir su pinole.
Este vertió un poco sobre el leño, tiró algunas gotas por encima de su hombro, después bebió el resto. El viejo le agradeció y se durmió.
Mientras que Yaushu lo escuchaba roncar, pensaba la manera de robar el fuego.
Se levantó rápidamente, tomó una brasa con su cola y se alejó. Había hecho un buen pedazo del camino cuando sintió que una borrasca venía sobre él y vio, frente a él, al viejo encolerizado.
Él lo reprendió por tocar y robar una cosa que no le pertenecía; lo mataría.
Inmediatamente él tomó a Yaushu para quitarle el tizón pero aunque éste lo quemaba no lo soltaba. El viejo lo pisoteaba, le trituraba los huesos, lo sacudía y lo balanceaba.
Seguro de haberlo matado, se vuelve a vigilar el fuego. Yaushu rodó, rodó y rodó... envuelto en sangre y fuego; llegó así delante de los Tabaosimoa que estaban orando.
Moribundo les dio el tizón. Los Ancianos encendieron los leños.
El Tlacuache fue nombrado "héroe Yaushu".
Lo vemos aún hoy marchar penosamente por los caminos con su cola pelada.
Coatlicue, cuyo nombre significa "falda de serpientes," era la diosa terrestre de la vida y la muerte en la mitología Azteca. Coatlicue tenía una apariencia horrible. Era representada como una mujer usando una falda de serpientes y un collar de corazones que fueron arrancados de las víctimas.
También tenía garras alfiladas en sus manos y pies. Coatlicue era una diosa sedienta de sacrificios humanos. Su esposo era Mixcoatl, la serpiente de las nubes y dios de la persecución.
Coatlicue dió a luz a Huitzilopochtli luego de que una bola de plumas cayó en el templo donde estaba barriendo y la tocó. Ese embarazo extraño ofendió a sus otros cuatrocientos hijos que fueron animados por Coyolxauhqui a matar a su deshonrada madre.
Sin embargo, Huitzilopochtli salió de la matriz de su madre armado completamente y la salvó. Huitzilopochtli le cortó la cabeza a su hermana, Coyolxauhqui y la tiró al cielo donde se convirtió en la Luna.
Tlaloc era un dios importante de la lluvia y la fertilidad en la mitología Azteca. Los Aztecas vivían en México durante el siglo quince y dieciseis. Tlaloc era representado como un hombre que usaba una red de nubes, una corona de plumas de herón, sandalias de espuma y cargaba cascabeles que hacían el trueno.
Tlaloc descargó grandes cóleras sobre los Aztecas. A menudo usó sus rayos del relámpago para enfermar a las personas. Se dice que tenía cuatro diferentes jarrones de agua en su posesión. Cuando vaciaba la primera, traía vida a las plantas. La segunda causaba destrozo, la tercera traía el hielo, y la cuarta provocaría la destrucción total.
Coyolxauhqui era la diosa de la Luna de acuerdo con la mitología Azteca. Su nombre significa "campanas doradas." Ella era la hija de la diosa de la Tierra, Coatlicue y la hermana del dios del sol, Huitzilopochtli.
Coyolxauhqui animó a sus cuatrocientos hermanos y hermanas a matar a su madre deshonrada. Coatlicue dió a luz a Huitzilopochtli cuando una bola de plumas cayó en el templo donde estaba barriendo y la tocó. Huitzilopochtli salió desde adentro de su madre como un adulto y completamente armado y la salvó.
Coatlicue lamentaba tanta violencia. Entonces, Huitzilopochtli le cortó la cabeza a Coyolxauhqui y la tiró al cielo donde se convirtió en la Luna.
Huitzilopochtli, cuyo nombre significa "Colibrí Azul a la Izquierda," era el dios Azteca del Sol y la guerra. El es representado como un hombre azul completamente armado, con plumas de colibrí en su cabeza. Su madre Coatlicue se embarazó con Huitzilopochtli cuando una bola de plumas cayó desde el cielo y la tocó. Los hermanos y hermanas de Huitzilopochtli pensaron que su madre Coatlicue los había deshonrado con ese embarazo misterioso.
Una hermana de Huitzilopochtli, Coyolxauhqui, alentó a sus hermanos y hermanas estrellas para matar a su madre Coatlicue. Sin embargo, Huitzilopochtli brotó de su madre y la salvó. Coatlicue lamentó tanta violencia. Luego, Huitzilopochtli le cortó la cabeza a Coyolxauhqui y la lanzó al cielo donde se convirtió en la Luna.
Los Aztecas solían ofrecerle sacrificios humanos a Huitzilopochtli. Las víctimas eran usualmente prisioneros capturados en las guerras frecuentes que los Aztecas tenían contra sus vecinos. Los sacrificios eran con la intención de asegurar la lluvia, las cosechas y la victoria en las guerras. La forma más común de sacrificios practicados por los Aztecas era la de arrancarle el corazón a un cuerpo vivo y ofrecerlo al Sol.
Tlahuizcalpantecuhtli era un dios Azteca cuyos símbolos eran el planeta Venus y la serpiente emplumada, Quetzalcoatl. Los Aztecas creían que Tlahuizcalpantecuhtli gobernaba el cielo del mediodía (la duodécima hora del día).
Los rituales eran realizados cuando el planeta Venus se alineaba con las Pléyades, conocidas por los Aztecas como Tianquiztli. Podemos admirar el poder de este dios en Tula, México, en el templo de Tlahuizcalpantecuhtli.
Las Pléyades eran conocidas para los Aztecas como Tianquiztli que significa "mercado." Los Aztecas eran excelentes observadores del Sol, la Luna, y los planetas.
El tiempo era medido de acuerdo al movimiento de las estrellas y el Sol. El calendario estaba basado en ciclos de cincuenta y dos años. Ellos observaban cuidadosamente el movimiento de las Pléyades en el cielo para asegurarse de que el mundo no terminara.
Al final de cada ciclo, una ceremonia religiosa se celebraba para asegurar el movimiento del cosmos y el renacimiento del Sol. Los Aztecas creían que podían evitar que el demonio de la obscuridad descendiera a la Tierra y se comiera a los hombres ofreciendo sacrificios humanos a los dioses.